miércoles, 2 de septiembre de 2020

4 de septiembre : Día del Inmigrante-


                                   

                                    Día del Inmigrante

                                  La inmigración en la Argentina


Día del inmigrante 2-01Argentina se ha caracterizado siempre, desde sus épocas independentistas, por ser un destino para inmigrantes; en principio, provenientes de Europa, pero actualmente lo es también para inmigrantes de todo el mundo.
El Primer Triunvirato dictó, un 4 de setiembre, un decreto con el que establecía la inmediata protección y recibimiento de toda persona del mundo y su familia que deseara o necesitara establecer domicilio en el Estado argentino, otorgándole los mismos derechos y reconocimientos que cualquier otro ciudadano argentino.
De esta forma, el 4 de setiembre quedó establecido en conmemoración y reconocimiento a todas aquellas personas que inmigraron a la Argentina a principio del sigo XIX y en adelante, ya que la cultura argentina debe gran parte al intercambio cultural que produjo el fenómeno de la inmigración en las distintas épocas de la historia de Argentina.

Inmigración es la entrada a un país o región por parte de personas que nacieron o proceden de otro lugar.

                                             INMIGRACIÓN - EMIGRACIÓN
                                 
                                                  LA VIDA EN LOS CONVENTILLOS


                                        BERISSO: CAPITAL PROVINCIAL DEL INMIGRANTE

Cuando Swift se instaló en Berisso se constituyó en la primera inversión norteamericana del negocio de la industria de la carne en territorio argentino. En 1907, la instalación del frigorífico fue más que la adquisición de las tierras y las posteriores  modificaciones que se hicieron en los viejos edificios del La Plata Cold Storage. Allí, sobre la calle Nueva York se convocaron miles de hombres que, en base a trabajo y sacrificio, forjaron el nacimiento de la mítica ciudad cosmopolita de la provincia de Buenos Aires. Cuenta la historia que en su época de esplendor albergó los sueños de inmigrantes de dieciocho colectividades distintas.
Swift y Armour no eran bellas construcciones ni se destacaban por un determinado estilo arquitectónico. Sin embargo, las primeras reformas en los distintos ambientes de las instalaciones surgieron ante el temor del surgimiento de ideas subversivas debido a las malas condiciones laborales. 

Capital Provincial del Inmigrante
Para entrar al conventillo, hay que pasar un pasillo largo, estrecho y oscuro. Son tres casas grandes, de chapa y techos altos. Una soga cruza el patio y allí cuelgan la ropa para que se seque al sol. En el fondo del terreno hay un tanque, también de chapa. Es invierno y el agua esta podrida pero esa es la pileta donde se bañan todos los niños del barrio. Son tres viviendas distribuidas a lo largo del terreno y están habitadas por tres familias distintas. En total son cuarenta personas: doce armenios, diecisiete árabes y el resto son rusos.
Desde las ventanas se puede sentir el aroma a comida. En cocinas a leña se prepara la comida que se sirve puntual a la hora de la cena, cuando los jefes de la familia ya regresaron después de la jornada laboral. Aún si el olfato no falla, la variedad de gustos, sabores y olores se fusiona con el aire denso de la tarde. Pueden ser los “goduksik” típicos de Rusia, que son niños envueltos con hojas de repollo y contienen carne picada y arroz. Tal vez sean “varenikes”, tal cual se preparaban en Armenia: una pasta rellena con papas y condimentada con crema, cebolla y panceta. O quizás el inconfundible olor al “fatay” árabe cuando lo están horneando.
Después de la primera Guerra Mundial, Berisso recibió una gran cantidad de inmigrantes agobiados por el horror de la guerra y los conflictos políticos y religiosos propios de cada país. Eran rusos, albaneses, griegos, checoslovacos, yugoslavos, polacos, sirios, árabes, búlgaros, armenios, españoles, ucranianos y lituanos que dejaron sus países de origen atraídos por las posibilidades de encontrar trabajo, paz y dignidad.
El desarraigo y la nostalgia de la patria que se dejó atrás es el sentimiento que hermana a los inmigrantes. Un paliativo casi instintivo al que acudieron fue la formación de las colectividades. A través de ellas pudieron asimilar y adaptarse a su nuevo lugar en el mundo pero sin perder sus costumbres, tradiciones y actos religiosos. Y Berisso no solo los recibió con sus brazos abiertos y los albergó, sino que se constituyó su lugar en el mundo.
(*) La autora es alumna de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP.

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                                               Resultado de imagen para imágenes de la fiesta del inmigrante en berisso   
                   
                                         
                                           Del 4 al 27 de septiembre (foto de archivo). 



         fuente: semanarioelmundo.com.ar
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