Juana Azurduy: la heroína que se jugó la vida por la independencia
Un 12 de julio de 1780 nacía Juana Azurduy, la revolucionaria que dejó su vida por la libertad.
Desde el Alto Perú luchó contra la corona española junto a su esposo, Manuel Padilla.
Con su capacidad de conducción y liderazgo en las batallas, se ganó la admiración de patriotas como Manuel Belgrano y Martín Miguel de Güemes.
Fue la primer mujer que alcanzó el grado de General del Ejército Argentino (una condecoración post mortem).
En honor al nacimiento de la Teniente Coronel Juana Azurduy. Cada 12 de julio se conmemora el Día de las Heroínas y Mártires de la Independencia de América en honor al nacimiento de la Teniente Coronel Juana Azurduy.
Desde el año 2007 cada 12 julio se conmemora el día de las Heroínas y Mártires de la independencia de América, día elegido en homenaje al nacimiento de la Teniente Coronel Juana Azurduy de Padilla, por Ley 26.277.
Por ello se le rinde homenaje desde la vitrina de la Biblioteca Nacional de Maestros a Juana Azurduy, conocida como la flor del Alto Perú, se comprometió junto a su esposo Manuel Ascencio Padilla, en el liderazgo de las luchas por la independencia del Virreinato del Río de la Plata. En 1813 ambos se pusieron a las órdenes de Manuel Belgrano, nuevo jefe del Ejército Auxiliar Argentino, llegando a reclutar 10.000 milicianos.
La amazona de la libertad, lideró la columna que atacó el cerro de Potosí, tomándolo el 8 de marzo de 1816. Debido a su actuación, tras el triunfo logrado en el Combate del Villar recibió el rango de teniente coronel por un decreto firmado por Juan Martín de Pueyrredón, Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Luego, el general Manuel Belgrano le hizo entrega simbólica de su sable.
Historias de papel: Juana Azurduy - Canal Encuentro HD
En 1816 convergieron dos hechos fundamentales para la historia nacional: la Declaración de la Independencia y la organización final del plan de guerra de José de San Martín, que sería el garante de esa independencia y la llevaría más allá de las Provincias Unidas.
El contexto internacional donde esto ocurría era complejo: España se había liberado de los franceses y el Rey Fernando VII había vuelto al trono y se predisponía a recuperar los territorios americanos que estaban en manos de los revolucionarios. El ejército realista había comenzado a avanzar por toda la región derrotando a una parte de los movimientos independentistas americanos.
Las Provincias Unidas se juntaron para decidir qué hacer ante el peligro realista. El Congreso General Constituyente de las Provincias Unidas en Sudamérica se reunió en San Miguel de Tucumán para limar asperezas entre Buenos Aires y las provincias, cuyas relaciones estaban deterioradas. Cada provincia eligió un diputado cada 15.000 habitantes. Las sesiones del Congreso se iniciaron el 24 de marzo de 1816 con la presencia de 33 diputados de un territorio bien diferente de lo que hoy es la Argentina. Charcas, por ejemplo, que hoy es parte de Bolivia, envió un representante. En cambio, Entre Ríos, Corrientes y Santa Fe no participaron del Congreso porque estaban enfrentadas con Buenos Aires y en ese entonces integraban la Liga de los Pueblos Libres junto con la Banda Oriental, bajo el mando del Gral. José Gervasio Artigas.
Lo fundamental del Congreso fue que el 9 de julio de 1816 los representantes firmaron la Declaración de la Independencia de las Provincias Unidas en Sudamérica y la afirmación de la voluntad de «investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli» y «de toda otra dominación extranjera». De este modo, después del proceso político iniciado con la Revolución de Mayo de 1810, se asumió por primera vez una manifiesta voluntad de emancipación.
Proponemos abordar el hecho a partir de algunos «objetos» (lugares, textos, canciones, prendas de vestir) que invitan a reflexionar sobre ese hecho político y a conocer cómo era la vida cotidiana de aquel entonces.